PROFUNDO.Lo que sorprende y cautiva de estas imágenes no solo es la tridemensionalidad lograda mediante las versiones contemporáneas de la máquina que David Brewster diseñó y construyó hace 150 años. Es por sobre todo la sensación de estar viendo una realidad no vista; una nueva realidad; elementos de un Quito hiperreal magnificados por su aislamiento y por el recorte del entorno.
Lo que sorprende y cautiva de estas imágenes es que cuestionan nuestra percepción anterior de los mismos lugares y personajes; es que nos advierten que siempre podemos ver más de lo que vemos en una fotografía o que lo que vemos en ella está incompleto.
Parecen decirnos que en ellas está presente el tiempo.
Pero eso no es posible solo por la técnica. Esa realidad dinámica fue capturada por Simón Brauer quien no solo es un fotógrafo; es un pez que aprendió a nadar en el espacio de Quito, escudriñando con nuevos ojos nuestros rincones y dialogando con los duendes quiteños con nuevas palabras.
Guido Díaz Navarrete